Distinción del Centro de Cultura Tanguera Alfredo Belussi

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Tango, Radio y más Historias, blog distinguido por su aporte a la difusión del Tango, sus autores e intérpretes.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Vicente Madero - Biografia - 14 de Marzo de 2012

Vicente Madero
Vicente Madero Álzaga nació en Buenos Aires el 2 de diciembre de 1885 y murió en la misma ciudad el 24 de mayo de 1946. Fue hijo de Cayetana Álzaga, dueña de la estancia La Fortuna, en San Vicente (provincia de Buenos Aires) y de Francisco Domingo Madero. Su abuelo, Francisco Bernabé Madero, fue uno de los caudillos de Los Libres del Sur, fundador del pueblo de Maipú y vicepresidente de la Nación durante la primera presidencia del general Roca (1880-1886).
Ha recordado Victoria Ocampo: "Llegó la época en que todos los jueves, lloviera o tronara, entraba a casa, seguido por sus acompañantes, El Pibe de la Paternal, Osvaldo Fresedo. Se bailaba tango la tarde entera. Los campeones de estas memorables jornadas eran Ricardo Güiraldes (sin más celebridad que la que nosotros, sus amigos, sospechábamos que alcanzaría a tener) y Vicente Madero. Este último era un genio en la materia y no creo que nadie haya llegado a superarlo. Cuando caminaba el tango, todo su cuerpo, al parecer inmóvil, seguía elásticamente el ritmo, lo vivía, lo comunicaba a su compañera que, contagiada, obedecía a ese perfecto y acompasado andar. Poco importaba entonces que las palabras de aquellos tangos fueran dramáticamente sentimentales. Estaban redimidas por bailarines tan perfectos como Vicente y Ricardo".
¿Cuándo ocurrían estas tenidas tangueras? Sn duda después de 1913, año en que la Sociedad Sportiva, presidida por Antonio De Marchi, organizó el célebre concurso del Palace Theatre, del que Madero integró -junto a Daniel Videla Dorna y el músico Antonio Chimenti - el jurado presidido por Julián Aguirre. Y antes de 1920, cuando Madero era habitué de los cabarets parisienses, inclusive el "Princesse", a donde  llevó a bailar a Manuel Pizarro y a cuyo propietario, Elio Volterra, convenció de que le cambiara el nombre "Princesse" por "El Garrón". Gardel llegó a París, por primera vez, por consejo de Pizarro, en 1928. Para entonces Madero, si no había aquietado ya sus "ansias constantes de cielos lejanos", estaba por hacerlo, pues entre 1930 y 1946, año éste de su muerte, se desempeñó como prosecretario de la Cámara de Diputados de la Nación.
Vicente fue un jaileife total. Morocho, alto, esbelto, vestía trajes oscuros y corbatas negras. Fabricaba su propia gomina y luego de aplicársela se sujetaba el cabello con una toalla, o con una media, para ajustarlo a la cabeza. Era tan exquisito que mandaba lustrar las suelas de sus botas porque -sostenía- al cruzar las piernas debían lucir brillantes. Estas y otras cosas me contó, con cariño conmovedor, su hija, Malú Madero de Fernández Ocampo, cuando, en 1979, pude entrevistarla gracias a Puyeta Videla Dorna. ¿Cómo bailaba el tango su padre?, pregunté entonces a doña Malú. "No con firuletes -contestó-. Era un tango caminado. Recuerdo que me decía, cuando me enseñaba a bailar. Tenes que tranquear largo". Puyeta acotó: "Tranquear largo y saber agarrar a la mujer. Pero era un tango elegante, fino, aristocrático".
¿Aristocrático? En términos generales -y nadie tome esta clasificación más que como un punto de partida hacia necesarias precisiones- podría decirse que hubo una línea popular del baile del tango, representada principalmente por El Cachafaz, y una línea aristocrática, cuya expresión máxima fue Vicente Madero. Entre uno y otro, una numerosa pléyade de bailarines danzó impenitentemente inclinándose hacia una u otra banda: Bernabé Simarra, Ricardo Güiraldes, Enrique Saborido, Juan Carlos Herrera, Francisco Ducasse, Elías Alippi, César Ratti, El Mocho, El Tarila... ¿Y Rodolfo Valentino? ¿Y Marión Brando? ¿Y Al Pacino? Creo que han dejado para el recuerdo y para el archivo caricaturas del tango, pero muy tiernas caricaturas, que también valen, porque el tango no es una profesión, sino un sentimiento.